lunes, 8 de febrero de 2010



Tradicionalmente imposible.
Rozás las pestañas con el acído sulfúrico y arreglás tus mechones azules.
Y por alguna razón ya no escuchás el sonido de tus pies enterrándose en la arena
y el cosquilleo frágil que horas atrás no te impidió caminar pasos hacia el mar.
Sonreías entre trágicas lágrimas, rompiste el espejo
otra ves aspiraste el humo del habanno y sentiste que áquella bocanada te envolvía como jamás hubieras imaginado.
Tétrico hubiera sido la palabra.
Pero te hubiera causado demasiado pánico imaginarla, así que trataste de no pensarla.
Igualmente viste la luz del faro,
y fue muy tarde.
Tarde porque de repente escuchaste las ráfagas de viento rozándote el oído,
y sentiste el aroma de la sal.
Volviste- como horas atrás-
a ver como las olas chocaban sin piedad entre las piedras.
Y supiste que no querías ser carnada de peces.

1 comentario:

  1. Qué buen final la puta madre
    me re gustó loca, ves, YO QUIERO LEER TUS COSAS :(
    y que pongas al menos etiqueta de "lo escribi yo" o algo asi jajaj
    te amo, y escribis re liindooo *.*...

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