miércoles, 31 de diciembre de 2008

Como me gusta verte reír


La luna brilla en todo su esplendor esta noche, aunque a lo profundo del horizonte se divisa una espesa niebla… ¿Cúanto pasará para que me venga a buscar? Y me lleve al infierno.. a ese tenebroso infierno, en el que tengo tanto miedo de crepitar, y quemarme bajo las brasas de los demonios que me atemorizan noche a noche.
Puedo confesar que estoy temblando, que cada mísera parte de mi cuerpo está siendo débilmente corrompida por esa sensación de terror, de la adrenalina y el pánico subiendo lentamente a mi mente y, así, sintiendo mi sangre hirviendo;pero puede ser que esté terriblemente fría… y corrompida por una irrealidad que me está sosteniendo al filo de la muerte. Espero una luz, algo que me saque cada pieza de desesperanza, y de llanto corrompido que yace en mi interior.
Oígo el chirrido duro y espectral de la puerta, se abre de par en par, y ahí, mi vida se ilumina. Los fantasmas desaparecen, la luna brilla en todo su esplandor, y la habitación se ilumina completamente, la niebla no está, y ese frío crepitante que insistía en atravesarme el alma desaparece de cada célula de mi cuerpo. Ahí aparece esa sensación, mis ojos se expanden, y mi pecho clama alegría, una insuperable, mis manos tiemblan con un pulso cálido y sonrío sin quererlo, tal vez.
Ahí estas vos, cesando cualquiera de mis penas, me das la mano , y traspasando esa energía me das un abrazo, me resguardás de todo el mundo, y nos encerramos en esa burbuja tan irreal… Vi tus ojos, pedían clemencia, tenían sed, sed de amor, de pasión, de arrebato de la realidad. Toqué tu cuello, mis manos lo sostuvieron y se aferraron a el… pude notar como aumentaban las palpitaciones de mi corazón. También agarraste mi cuello, pero lo acariciaste para agarrarme la nuca y acariciarme el pelo, la otra mano en mi cintura, te aferraste a mi, y nos miramos con una intensidad indescriptible, nuestros ojos conectaban miles de pensamientos y emociones sin tener necesidad de abrir nuestras bocas para emitir palabra. Pero en vez de pronunciar algo, cerramos nuestros ojos, acercamos nuestras caras y nos rozamos absolutamente cada centímetro de la misma, para luego entreabrir nuestros labios y darnos ese beso esperado y añorado. Así se alejaron los fantasmas de tu adios, y yo me aferro una vez mas a vos para salvarme de la vista de esa tumba, para refugiarme en todo tu vos. Te amo, suspirás en mi oído, casi mordiéndomelo, y un escalofrío recorre todo mi ser, como cuando un ángel te roza con su ala. Pero no callás, despegás tus labios para decir: y si caemos, caemos juntos.

1 comentario:

  1. aaaaaaaaaaaay que cosa tan hermosa que escribistee

    me encanto laruu

    segui escribiendo tan hermosoo

    te amo ♥

    noe;

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