Hoy ya vivimos mucho, hoy ya morimos tanto.

Crudo, abismal, asquerosamente prescindible.

Crucial desenvoltura del límite entre los sueños y la realidad.

Te quiero, te odio, y así nos matamos, sin olvidarnos jamás.

Mi mente gira y gira entre recuerdos sin fin y un presente que nunca se detiene.

Maldita zona controlada por las masas, apacigüado cerebro¡ No te acostumbres a imitar!

Jamás voy a dejar de ser quien soy, aunque muera en el intento cualquier muerte es mejor si corrí a mi manera y no camino según los demas.

Y sus ojos me guían hoy, y sus brazos me implusan a luchar,pero caigo del nido, versátil, y me hallo en un camino ciego.Continúo por el desierto,que se funde con un sol ardiente, ideal para calcinarme, ideal para deshidratarme.

Entonces ahí, me doy cuenta de que estoy extremadamente errada,y únicamente me remito a tragar saliva.

Yo lo sé,cuando encuentre el agua todo va a marchar mejor, no,no va a existir una prisión así, ni gritos internos, y, ojalá, fuera realidad, y la suerte UNA sola vez camine a mi lado.

Me retracto, tube a la suerte al lado mío muchas veces,pero... la quiero siempre. Su talismán me aleja del mundo, me mantiene autista en su universo, y parece ser lo único que me puede llegar a gustar,

Camino,me estoy intoxicando, esta sensación es repugnante,me voy a quemar viva.

Dos hirvientes ráfagas sedadas de cualquier mínima molécula de aire.

Me estoy mareando, cada vez que levanto mi cabeza los músculos del cuello tiran más y más, pero a pesar de todo,mi cráneo permanecerá erguido, lo juro.

Silencio, simplemente se oye el crujido de mis pies triturándose contra la arena que corta sin compasión.

Eco, un grito intenso resuena en el sitio que me condenó,está desgarrado por la hipocresía, es mi grito, mío, y de nadie, de absolutamente ningún ser viviente más.

Caigo, no puedo soportarlo.

Mis brazos y mi rostro se funden con el fuego.

Los ásperos granos de arena se incrustran, ya es en vano.

Muero en el engaño, muero en la traición, muero en el intento y no está nada mal.

Como el fénix,nunca voy a morir

yo lo sabía, lo sabía

Renazco de mis propias cenizas.